Había una vez un niño llamado Pedro, al que
su madre con cariño llamaba Pedrito, vivían en una pequeña cabaña, sólo los dos
ya que el padre había muerto en la guerra.
Eran muy pobres, la madre salía a trabajar en
los campos vecinos y hacia lo posible por cultivar un pequeño huerto en el escaso y pobre
terreno, llegaba tan cansada la pobre mujer que a duras penas podía caminar.
Pedrito se entretenía en jugar, la madre le
rogaba que estudiara para ver si un día salían de esa miseria, no le pedía que
colaborara con las labores para que estudiara, y nada la desconcentrara.
Pedrito que se consideraba muy inteligente no
pensaba gastarse horas en aburridos libros, se dedicaba a jugar y correr, era
tan hábil que siempre ganaba las apuestas y los demás le hacían las tareas. Su
simpatía y habilidades para convencer hacia que incluso le hicieran las
pruebas. Odiaba ser pobre, trabajar era para los tontos decia a sus amigos, así nunca se sale
de la pobreza, el buscaría otra forma, en eso estaba pensando en como hacerse
rico cuando su madre lo llama.
Pedrito, hijo, lamento interrumpir tus
estudios de dice la madre con lágrima en los ojos “la blanquita” hace ya un mes
que no nos da leche dice mirando a una vaca que pastaba muy cerca de la casa, véndela
en el pueblo y trae los elementos para hacer pan, harina, levadura. Hare
tortillas que saldrás a vender, a ver si nos da para otra vaca, dijo secándose con
un pañuelo los ojos
Muchas veces el único alimento que contaron
fue la leche de la vaca, que la sra Juanita (así se llamaba la madre) se
esforzaba en dar el máximo rendimiento, hacia mantequilla, queso, ahora ya no tendrían
eso por un tiempo, pero si las tortillas se vendían bien quizás pudiera comprar
una vaquilla nueva.
Así partió Pedrito bastante molesto, pero lo dismulo bien,
encontraba que esas labores no eran dignas para un chico como él, vender la
vaca pase, podría quizás dedicarse en un principio a comprar y vender animales,
había escuchado que no iba mal, pero vender tortillas ni loco, eso si que no,
ya se imaginaban como se reirían los chicos del colegio. Así iba farfullando
por el camino cuando escucho una voz casi un susurro.
-
Donde vas farfullando chiquillo – dijo un viajero al que su capa
algo raida ocultaba su rostro.
Pedrito dudo un momento, su madre le había precavido
de hablar con extraños, pero quizás este viajero comprara la vaca y se ahorraba
el viaje al pueblo.
-
Al mercado señor, a vender este magnifico ejemplar.
-
Si es tan magnifico porque la vendes
-
Pues nuestro corral se ha hecho pequeño, pero con una vaca como
esta .. y buscándole un buen novio pronto tendría grandes ganancias.
El hombre miro a Pedrito a los ojos, que pudo
vislumbrar atravesó de la capa el brillo de unos ojos y una sonrisa ¿burlona,
maligna, avariciosa? Avariciosa pensó Pedrito, seguro esta pensando en las
ganancias.
-
Interesante le dijo el hombre, soy un famoso mago, el dinero es
algo muy mundano para mí, pero este ejemplar me puede servir para un uso
mágico. El hombre camino varias veces alrededor de la vaca, siii, parece ser lo
que necesito.
-
Saco un pequeño saquito, te podría dar dos semillas mágicas
-
¿dos semillas?!!!!
-
No son cualquier semilla, estas tienen características especiales,
te crecen de tal medida que producen millones de veces por mata y –mirándolo a
los ojos agrega- a los jóvenes audaces los puede llevar a lugares inesperados
donde hay grandes fortunas.
Pedrito se imagina viviendo muchas aventuras,
y sacos y sacos de semillas, no tener que pasar la humillación de vender las
tortillas. Pero la voz de su madre parecía hablarle, decidió no escuchar.
-
Todo el saquito o no hay trato
-
Estas semillas son muy valiosas
-
Esta vaca también
-
Eres un buen comerciante, trato hecho y te has ahorrado un viaje
al pueblo.
Así Pedrito regreso muy contento con el
maravilloso negocio que había realizado.
Entrando en la casa se encuentra a la madre ¿Qué
has olvidado? ¿el carro para traer la harina? ¿ y la vaca?.
Pedrito le cuenta lo sucedido, la madre
perpleja le pide ver las semillas, no eras mas de un puñado de semillas de
diversos cereales. Furiosa las arroja por la ventana.
Y por primera vez en la vida le grita a
Pedrito, ¿Qué he hecho mal contigo? ¿No te das cuenta que ahora no tendremos
que comer? le dijo con una gran tristesa.
Quizás he sido demasiado blanda contigo,
mañana temprano tengo cosas que hacer pero volveré con algún trabajo que
realices en las tardes, ya eres casi un hombre, es hora que aportes al hogar y
sepas el valor del dinero.
Así esa noche se fueron sin cenar.
La madre salió casi de madrugada, los sábados
trabaja ayudando en la mansión del pueblo.
Pedrito despertó con el sol del medio día y
el gruñido de su estomago, recordó que tenia que comer, iría a ver si le sacaba
unas frutas al vecino, tenia un perro grande pero él era muy rápido.
Pero…. Cuando sale de la casa ve un graaaan
árbol y sonríe , las semillas eran mágicas.
“a los jóvenes audaces los puede llevar a
lugares inesperados donde hay grandes fortunas.” Había dicho el hombre, y el
era un joven audaz, así que comenzó a
subir.
CONTINUARA.......
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Te dejo un beso y mis gracias en este precioso cuento PEREGRINA,
ResponderEliminarhe visto en tu otro blog que te despedías, no sé si es así. Siento conocer a alguien que le preocupa lo que ocurre a nuestros al rededor cada vez a menos personas y a la vez que hola decirle adiós.
En todo caso, mi casa será tu casa siempre que quieras.
Un beso ... que Pedrito trepe por la mata de habas y encuentre la gallina de los huevos de la justicia que ella es aun más escasa que el oro:-)
gracias, por tu visita, me despedi de ese blog mágico para enfrentar uno mas duro.
EliminarEste es mi escapada mágica. Confieso que Pedrito no me gusta mucho, muy egoista, asi que ya veremo como aprende.
me alegra volverte a encontrar
ResponderEliminarAhora espero la continuacin, no tardes...
Un abrazo
Gracias amiga, ando medio lenta en estos tiempos, en otra lucha donde deje la magia para enfrentarla con la razón, paciencia, amor y esperanza.
EliminarPero ya vendran los dos capitulos que faltan.
Besos
Peregrina ( la que sigue el camino a pie, sin su escoba)